jueves, 26 de noviembre de 2015

El Origen









Para aclarar el título “El origen”  no es porque hablare sobre el film de mismo nombre, protagonizado por Leonardo de caprio, que a pesar de ser un poco confusa es muy buena.


Ya aclarado, entrare en materia.

El origen de todo es algo que atreves de los siglos ha venido llevando mucha controversia. Las opiniones suelen variar sobre si Darwin se equivocó o si ha estado en lo cierto.
En lo personal me parece muy interesante la teoría evolucionista que explica como un organismo unicelular puede convertirse o cambiar por sí solo, hasta evolucionar para adaptarse a nuevas condiciones o convertirse y dar origen a una  nueva especie.
Y es así como en el inicio de los tiempos un organismo se ve en la necesidad de moverse y con el movimiento llega el cambio y con el cambio la evolución.
Yo no estoy tratando de decir que dios no existe o que Darwin y muchos científicos que fue que la creación fue parte de algo natural que llevo mucho tiempo y están en total desacuerdo con la teoría creacionista, se hayan equivocado.





Solo pienso que si las dos teorías fas famosas  como lo son la creacionista y la de la evolución puedan formar parte de una sola pero con distinto punto de vista. Pues si Dios hizo al mundo en seis días y según Darwin todo lo que se conocía en el principio fue gracias a la culminación de millones y millones de años de evolución.
Leí que un segundo para  nosotros son años para dios, pues cada vez que el parpadea en los cielos, en la tierra  es el cambio de una nueva era (algo así, espero que quede clara la idea). Entonces podría ser que en esos seis días que dios creo la tierra, para la humanidad pudieron haber sido millones de años de cambio constante en el que las especies entablaran una lucha que solo ganaría el apto, ya que una característica de la evolución es el nacimientos de nuevas especies, del mismo modo que la acumulación de pequeños cambios en las palabras crean nuevas lenguas.



«Los viajes permiten descubrir que hay en el mundo muchas personas de corazón excelente, dispuestas siempre a serviros aun cuando no se les haya visto jamás ni vayan a volverse a encontrar nunca».
Charles  Darwin 
 

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